Veracruz vuelve a ser territorio peligroso para las y los periodistas. La mañana de éste jueves, cuando a bordo de su automóvil el reportero Jacinto Romero Flores se dirigía a su trabajo, hombres armados y desconocidos lo asesinaron a balazos. Como siempre sucede en ese tipo de hechos violentos, los cuales se repiten a lo largo y ancho de la entidad, se apersonaron agentes ministeriales y elementos uniformados para resguardar el área y de paso, estorbar el trabajo informativo de las y los compañeros periodistas que además de conocer a Jacinto, cumplían con el penoso deber de dar la lamentable noticia.
Los personeros del gobernador Cuitláhuac García Jiménez se dieron a la tarea de enviar mensajes con foto del mandatario veracruzano que desde Ozuluama supuestamente mandó, consistente en el discurso de siempre: Estamos tras los agresores de Jacinto Romero: Cuitláhuac García: Reiteramos que no se permitirá que intenten amedrentar a la población, mucho menos a los periodistas, por lo que cualquier intento en ese sentido no quedará impune.
Como funesta coincidencia, hace unos días estuvo de visita en el Penal de Pacho Viejo Arturo Bermúdez Zurita, ex secretario de Seguridad Pública de Javier Duarte de Ochoa, en cuyo gobierno se dio el mayor número de asesinatos de periodistas veracruzanos y que continúan impunes. Nadie molestó al denunciante estrella que fue llamado para presentar una demanda en contra de Rogelio Franco, diputado federal electo, para que éste siga en prisión preventiva y no pueda rendir protesta en el Congreso de la Unión.
